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Contaminación informativa y desinformación

Apuntes de la jornada formativa organizada por la Red de Comunicación de la ODUCAL ”Contaminación informativa: desafíos conceptuales y tensiones prácticas en el combate contra la desinformación”, impartida por la doctora en comunicación Ingrid Bachmann Cáceres.

El pasado 25 de octubre participé en la jornada: “Contaminación informativa: desafíos conceptuales y tensiones prácticas en el combate contra la desinformación”, que formó parte del Programa de Actualización 2023 de la Red de Comunicación de la ODUCAL. La jornada fue impartida por la doctora en comunicación, Ingrid Bachmann Cáceres, quien es profesora de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

La doctora Bachmann inició su presentación con el desglose de varios términos y conceptos que se relacionan con la problemática de la desinformación, cito:

  • Hechos alternativos y posverdad.
  • Sátira y parodias informativas.
  • ‘Click-bait’.
  • Noticias basura.
  • Conjeturas, medias verdades, rumores…

Posteriormente, hizo una precisión conceptual, diferenciando los siguientes términos que, tal y como ella explicó, son más precisos en inglés que en español. Para ello, se basó en las referencias bibliográficas aportadas por los autores Claire Wardle y Hossein Derakhshan (2017), a saber:

  • ‘Disinformation’: La entrega de información intencionalmente falsa. El objetivo es engañar (“desinformar”).
  • ‘Misinformation’: La difusión de contenidos erróneos o incompletos, pero sin un propósito malicioso.
  • ‘Malinformation’: Dar cuenta de datos que no son necesariamente falsos, pero cuya difusión sí supone daño.

Asimismo, durante su presentación, la profesora expuso cinco consecuencias de la exposición a la desinformación, según las referencias de LSE Truth, Trust & Technology Commission (2018) de la London School of Economics an Political Science. Estas son:

  • Confusión: los ciudadanos ya no tienen certeza sobre qué es verdad y en qué
  • Cinismo: la desconfianza está en aumento y cada vez hay menos fuentes confiables.
  • Fragmentación: el público se divide en segmentos con sus propias narrativas.
  • Irresponsabilidad: el poder de dar significado a las cosas no es usado de forma transparente.
  • Apatía: la gente se desconecta de la sociedad y duda de la democracia.

Durante su presentación, Bachmann también abordó el nuevo panorama informativo, estableciendo las siguientes cuestiones:

  • La credibilidad de la desinformación ha sido asociada a procesos psicológicos de refuerzo.
  • Hay evidencia de falta de pensamiento analítico y alfabetización mediática.
  • Influye en la formación de creencias falsas, la configuración de juicios o evaluaciones y en comportamientos reales de las personas.
  • Exponerse a desinformación no se traduce necesariamente en creerla ya que las creencias erróneas pueden tener varios otros orí

Asimismo, destacó que no basta con solo desmentir las falsedades y rumores sino que, además, se deben tomar otras acciones. Enfatizó, en ese sentido, que es posible contrarrestar la desinformación, para lo cual es importante mantenerse informado y actuar oportunamente. Destacó un estudio realizado por ella y Sabastián Valenzuela (2021-2023), cuyos resultados muestran que “el ‘fact-checking’ funciona. De acuerdo con dichos resultados, “el grupo expuesto a chequeos aumenta en promedio 9% sus niveles de información comparado con el grupo expuesto solo a desinformación”.

La presentación de Bachmann concluyó con algunas recomendaciones sobre lo que se puede hacer para contrarrestar la desinformación. Sugirió, en ese sentido, lo siguiente:

  • Educar a la población: pensamiento analítico, además de alfabetización mediática y digital, son claves para que las audiencias puedan reconocer la desinformació
  • Restaurar la autoridad periodística: transparentar procesos, decisiones editoriales, explicar má
  • Corregir, pensar, revisar, no compartir: la gente confía en otros humanos más que en algoritmos y bots.
  • Entender contextos y producir conocimiento: la desinformación no opera igual en todas partes.

Finalmente, es importante destacar que hay organizaciones e iniciativas diversas  alrededor del mundo enfocadas en contrarrestar la desinformación, las cuales han generado ya datos que explican cómo opera la desinformación en distintos contextos y escenarios.

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